miércoles, 8 de septiembre de 2010

Zona de subducción y poca profuncidad, mezcla letal para el tsunami asiático

(NC&T) Los terremotos como éste ocurren sólo una vez cada 50 a 100 años en lugares muy específicos. Así lo cree un amplio sector de científicos, entre ellos Anne Meltzer, sismóloga de renombre mundial de la Universidad Lehigh, quien supervisó dos grandes proyectos internacionales de investigación sismológica en el Himalaya, y cuya atención se ha dirigido ahora hacia la catástrofe asiática.


De siete a nueve placas tectónicas principales cubren la superficie de la Tierra. A ellas hay que añadir diversas placas menores. Las placas losas enormes de roca semisólida bajo los continentes y océanos varían en tamaño desde varios centenares hasta miles de kilómetros de extensión, y de 15 a 200 kilómetros de espesor.

Los terremotos, volcanes y corrimientos de tierra se producen cuando las placas tectónicas colisionan, van a la deriva o se deslizan entre ellas. Las zonas de subducción, producidas cuando las placas tectónicas chocan, producen los terremotos más poderosos, porque tienen grandes líneas continuas de falla. El terremoto de Sumatra causó una ruptura que se extendió mil kilómetros a lo largo de la línea de falla que separa las placas india y birmana.

En cambio, la Falla de San Andrés, que se extiende desde la frontera de California con México hasta California Septentrional, está quebrada en segmentos, lo que disminuye la magnitud de sus terremotos. El Terremoto de San Francisco de 1906 fisuró los 430 kilómetros más septentrionales de la línea de falla de San Andrés y su intensidad estimada fue de 8,0 en la escala de Richter, que es logarítmica. Esto significa que un terremoto de magnitud 9,0, como el de Sumatra, es 10 veces mayor que uno de 8,0.

El efecto del terremoto de Sumatra fue exacerbado por el hecho de que la ruptura de la falla ocurrió a sólo 10 km debajo de la superficie de la Tierra, explica Anne Meltzer. Si el terremoto hubiera ocurrido a una profundidad de entre 100 y 300 kilómetros, entonces su energía habría sido atenuada. Por otro lado, la falta de un sistema de advertencia (boyas, indicadores de mareas, imágenes por satélite de la superficie oceánica) impidió que se alertase a la gente del peligro inminente.

El terremoto de Alaska de 1964 desató un tsunami que alcanzó Hawai y California. El tsunami provocado por el terremoto de Sumatra se registró en Nueva Zelanda y tan lejos como la costa occidental de América.

"Un sistema de alerta temprana no puede prevenir un tsunami", -comenta Meltzer- "pero ciertamente habría reducido la pérdida de vidas".



http://www.solociencia.com/geologia/10072903.htm

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